miércoles, 4 de diciembre de 2013

De amores y libros

Hace un año que escribí la reseña de este libro para el portal literario melibro.com
Hoy, no sé por qué, he recordado a Álex, y la quiero compartir con vosotr@s.
No será la única, iré colgando mis pareceres sobre libros que leo, porque no son reseñas al uso, escribo lo que me transmite la historia y poco más.

TODAS LAS CHICAS BESAN CON LOS OJOS CERRADOS,  de Enric Pardo con prólogo de Berto Romero

Y bien, ¿qué tenemos aquí? ¿una novela romántica? No, desde luego; es más bien la certeza absoluta de que los hombres no pasan de todo, que tienen sus comeduras de cabeza  como nosotras. No de igual forma, pero ellos sufren también aunque muchos nunca demuestren tal cosa. Por eso me decidí a leerla; quería comprobar qué tienen en la cabeza los tíos que cuesta tanto entenderlos o estar en su misma onda.

Y de verdad, no pude parar, como me pasa con las series a las que soy adicta. Durante cuatro horas permanecí ausente de los problemas a los que me enfrento cada día como parada de larga duración. Unas horas en las que me divertí mucho viendo por un agujerito lo que les pasa a los chicos en esa franja peligrosa ­-y muchas veces autodestructiva-, de los 30 a los 40 años.

Yo, si fuera hombre, estaría hasta el gorro de que cada vez que no me atrevo con algo se me nombrara a Peter Pan, la verdad. Creo que tanto hombres como mujeres no deberíamos perder esa inocencia. ¡Ojalá se mantuviera intacta!  Si no soñamos, si no nos ilusionamos, cómo decir entonces que estamos vivos. Es una cutre realidad.

El amor lo mueve todo, esa es la conclusión a la que llegué hace tiempo. A mí me mueve, y lo digo abiertamente. Algunos ni lo conocerán a lo largo de sus vidas, otros pasarán de puntillas o no se atreverán. La sensación grandiosa de mirar a los ojos de esa persona especial  y sentir la inmensidad no tiene parecidos con nada. Con nada.

Que el hombre por naturaleza es infiel, que quiere lo que no tiene, que le asusta un océano y por eso prefiere quedarse en la tranquilidad de un riachuelo, que la grandeza le acojona, todo eso es así…para algunos. Cada uno buscamos el equilibrio de la mejor forma, unos logran ser felices sin emparejarse, lo cual está bien. No hay normas, las vamos escribiendo conforme ocurren en nuestras vidas una serie de acontecimientos. A las mujeres se nos complica más por nuestro reloj maldito, ¡cuánto daño ha hecho el personaje que se lo inventó!, que nos marca una caducidad como mujeres cuando tengo la convicción que nada tiene que ver con la fecha de nacimiento.

Álex es un inconformista que acierta, hace el 'monguer', se equivoca, sigue, se cae, sigue. Le ha costado dar con la solución, pero nosotros lo celebramos desde el otro lado del papel, aplaudimos ese comienzo, la siguiente página de su libro. No hay que pararse, hay que vivir los momentos, el ahora, pues el futuro es ilusorio. De nosotros depende cómo se va escribiendo nuestra historia, aunque algunas veces nos pongan muchas trabas y cueste.

Cuando dos personas se encuentran y entre ellas nace una complicidad, existe una conexión, el deseo, incluso el amor,  no deberían supeditarse  a datos externos de fechas o  prejuicios de clase. Tienen la importante misión de dejar fluir en libertad absoluta todos aquellos sentimientos que nazcan de ese encuentro. ¡Qué narices, han de vivir esa historia! Sólo así se es consecuente  y honesto con uno mismo.

Estoy de acuerdo con Enric Pardo que la receta para el amor es saber perdonar, pero no sólo a la otra persona si nos ha herido. Perdonarnos a nosotros mismos es fundamental para vaciar la mochila de lo malo y tenerla preparada para albergar todo lo bueno que la vida nos depara. Que las oportunidades están ahí,  y nunca se sabe lo que va a ocurrir mañana ni a quién vas a encontrar. 
“Lo que vengo a decir en la novela es que las chicas que besan con los ojos cerrados y que se regalan, que lo dan todo en una relación, son las que creo que valen la pena.” E.Pardo
 Gracias Enric, por darte cuenta y contarlo.

 Musetta   -  16 diciembre 2012


8 comentarios:

  1. Tú, como yo, besamos con los ojos cerrados.
    ¡Brillante!

    ResponderEliminar
  2. Muy bueno!. Igual cuando dejemos de amarnos sin prejuicios, entre personas, sin ese las mujeres son..., los hombres son....mirando al que tienes delante, olvidando que una vez conociste a alguien que te hizo daño, uno que era...pero que todos no son...
    Igual cuando tod@s besemos con los ojos cerrados...
    Y como me contesta mi pareja cuando quiero picarle y le digo:
    - cariño, es que todos los hombres sois iguales...
    - si, mi amor, unos más iguales que otros!

    ResponderEliminar
  3. Muy bueno, aunque a veces los prejuicios son útiles, sobre todo cuando quiero encontrar MI cepillo de dientes

    ResponderEliminar
  4. Lo del cepillo de dientes es innegociable. ;)

    ResponderEliminar
  5. Besamos como amamos, con los ojos cerrados

    ResponderEliminar
  6. Me recomendaste tu esta maravilla de novela y me encantó...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegro mucho, mucho que la leyeras de la misma manera que yo. Tendré que volver a ella otra vez. Se ha convertido en mi Alta fidelidad...seguiré viendo la película y leyendo a Enric cuando lo necesite.

      Eliminar

Estos son los que no se callan, y me encanta que así sea